Reflexiones sobre la Agenda de La Habana X
La Habana, Febrero 5 de 2013
“El
cumplimiento de nuestro destino manifiesto
es extendernos por todo el continente que nos ha sido
asignado por la providencia”.
es extendernos por todo el continente que nos ha sido
asignado por la providencia”.
John L.
O´Sullivan.
New York, julio de 1845.
New York, julio de 1845.
Como nunca antes la concepción expansionista
del “destino manifiesto”, que de cabo a rabo cruza la política exterior de los
Estados Unidos, está en desarrollo en la América Nuestra.
Otra vez advertimos que una nueva
espacialidad capitalista se configura en América Latina y el Caribe. De ello no
escapa Colombia, país que marcha por decisión de las élites sumisas a
Washington por el rumbo del neoliberalismo como forma de acumulación y
reproducción en favorecimiento de los monopolios extranjeros. Determina esta
situación, que el acceso y uso de la tierra, que es lo mismo que decir el
acceso, uso y posesión del territorio, sus riquezas naturales, su
biodiversidad, recursos hídricos, energéticos, suelos, subsuelos, mares y
sobresuelo, están siendo garantizados, pero para las potencias capitalistas,
especialmente para las trasnacionales norteamericanas, pisoteando la soberanía
nacional.
La garantía del acceso al territorio
para los grandes inversionistas foráneos, colmándolos de gabelas y exenciones
tributarias, implica la negación del real acceso al pueblo colombiano,
fundamentalmente a sus sectores rurales, lo cual se suma a la pertinaz
desposesión protagonizada por el terror latifundista que durante décadas ha
auspiciado el Estado, como expresión política de las clases explotadoras.
Desde los centros del capitalismo mundial, con el apoyo sumiso de las oligarquías locales, en función de la acumulación por desposesión violenta, y ahora por cuenta del despojo “legal”, se propulsan los megaproyectos infraestructurales, de extracción minero-energética, forestal, de agroindustria para la extracción de los biocombustibles, los tratados de libre comercio y la implantación de bases militares que aseguren el saqueo mediante la disuasión y la fuerza. Objetivo, el control de los recursos naturales como base de poder económico y político.
El control territorial, los procesos de desposesión en las estrategias de acumulación de las trasnacionales, el saqueo de los recursos energéticos, mineros, hídricos, de biodiversidad, etc., para afianzar el bío-comercio y la generación de biocombustibles, son factor esencial que profundiza y mantiene la guerra que el régimen ha desatado contra el pueblo y a la cual se resiste desde diversos flancos entre los que se cuentan las FARC-EP, que hoy se oponen además, a los nefastos procesos de mercantilización de la naturaleza que se esconden bajo formas engañosas de desarrollo sostenible y protección ambiental, argumentados bajo los sofismas del desarrollo económico fundado en la biotecnología y la utilización de tecnologías limpias. Todo ello amparado no solo en la fuerza del terror estatal, sino en los ordenamientos jurídicos que permiten llevar a la práctica la enajenación apátrida del territorio.
Desde los centros del capitalismo mundial, con el apoyo sumiso de las oligarquías locales, en función de la acumulación por desposesión violenta, y ahora por cuenta del despojo “legal”, se propulsan los megaproyectos infraestructurales, de extracción minero-energética, forestal, de agroindustria para la extracción de los biocombustibles, los tratados de libre comercio y la implantación de bases militares que aseguren el saqueo mediante la disuasión y la fuerza. Objetivo, el control de los recursos naturales como base de poder económico y político.
El control territorial, los procesos de desposesión en las estrategias de acumulación de las trasnacionales, el saqueo de los recursos energéticos, mineros, hídricos, de biodiversidad, etc., para afianzar el bío-comercio y la generación de biocombustibles, son factor esencial que profundiza y mantiene la guerra que el régimen ha desatado contra el pueblo y a la cual se resiste desde diversos flancos entre los que se cuentan las FARC-EP, que hoy se oponen además, a los nefastos procesos de mercantilización de la naturaleza que se esconden bajo formas engañosas de desarrollo sostenible y protección ambiental, argumentados bajo los sofismas del desarrollo económico fundado en la biotecnología y la utilización de tecnologías limpias. Todo ello amparado no solo en la fuerza del terror estatal, sino en los ordenamientos jurídicos que permiten llevar a la práctica la enajenación apátrida del territorio.
Al diseño de acumulación de la
tierra por despojo violento y “legal”, que ha generado una estructura de
tenencia latifundista favorecedora de los intereses de los grandes
terratenientes y trasnacionales en contra del interés social y nacional, hemos
opuesto nuestras iniciativa Desarrollo rural para la democratización y la paz
con justicia social de Colombia, conformada por diez propuestas para una
política de desarrollo rural y agrario integral con enfoque territorial. En
desarrollo de las mismas hemos presentado los componentes de la Quinta
Propuesta referida al tema del acceso a la tierra y presentaremos en el día de
mañana, Ocho propuestas mínimas para el ordenamiento social y ambiental,
democrático y participativo del territorio, del derecho al agua y de los usos
de la tierra, en las que recogemos aspectos esenciales de las iniciativas de
las organizaciones sociales que han hecho llegar sus propuestas hasta la Mesa
de Diálogos.
Contra la desposesión violenta y legal, contra la concentración, el latifundismo y la extranjerización del territorio; por la democratización del acceso y uso de la tierra, se deberán seguir levantando voces y movilizaciones, que al mismo tiempo multipliquen la lucha por la soberanía y la paz de Colombia.
Contra la desposesión violenta y legal, contra la concentración, el latifundismo y la extranjerización del territorio; por la democratización del acceso y uso de la tierra, se deberán seguir levantando voces y movilizaciones, que al mismo tiempo multipliquen la lucha por la soberanía y la paz de Colombia.
Delegación de
Paz
Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia,
Ejército del
Pueblo [FARC-EP]
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