Manifiesto Bolivariano por la Nueva Colombia
Compatriotas:
Colombia
está gravemente enferma porque los gobernantes liberales y conservadores han
utilizado sus cargos para favorecer a los ricos y para su propio beneficio
personal; porque sus gobiernos solo han servido para defender la insaciable
voracidad de los dueños del gran capital, de los latifundistas y de los
diferentes carteles del narcotráfico; y porque han entregado nuestra soberanía
a los Estados Unidos de Norteamérica, en contravía de las más patrióticas
tradiciones, de la economía y de la dignidad de todo el país.
Para
mantenerse en el poder han acudido a una guerra sin reglas. Desde los tiempos
de los atentados al Libertador Simón Bolívar y al Mariscal Antonio José de
Sucre pasan-do por los magnicidios de Jorge Eliécer Gaitán y Jaime Pardo Leal,
los jefes liberales y conservadores han utilizado el crimen y la violencia,
como herramienta principal del Estado para imponer su ley, llevando el terror y
la intimidación a un pueblo anhelante de tolerancia democrática, justicia y
bienestar.
Para
liquidar toda manifestación de protesta e inconformidad, incorporaron la
Doctrina de Seguridad Nacional como concepción de Estado, declarando enemigo
interno a todos quienes no se resignaron a su política de hambre y exclusión.
Pregonan la
defensa de los Derechos Humanos, mientras estimulan la pena de muerte que las
Fuerzas Armadas practican sin freno desde siempre, hacen alarde de las
“libertades ciudadanas” pero conforman grupos de sicarios paramilitares, rasgan
sus vestiduras contra el crimen al mismo tiempo que organismos de Seguridad del
Estado incrementan la desaparición de sus opositores, ratifican una y otra vez
el fuero militar verdadero ariete de la impunidad mientras se lamentan de la
ineficacia de su justicia, dicen abogar por mantener la población civil alejada
de la confrontación armada pero intensifican su tarea de “quitarle el agua al
pez” que significa asesinar los civiles no afectos al gobierno y aprueban la
abolición del delito político para condenar por terroristas a quienes luchan
contra el establecimiento.
Han
transformado a los integrantes de las Fuerzas Armadas y de la Policía en
mercenarios a sueldo, convirtiéndolos en el terror de sus propios hermanos y en
indiscutible causa de los funestos odios que desgarran al país.
Todo ello
para mantener a los trabajadores en miserables niveles de vida, regateándoles
ínfimos aumentos salaria-les, elevando los índices de desempleo, rebajando las
condiciones de existencia de las mayorías nacionales, arrebatando la tierra a
los campesinos y negándole las más mínimas aspiraciones al pueblo.
¡LA CLASE POLÍTICA MIENTE!
Los jefes
liberales y conservadores le mienten al país en campañas electorales y en el
ejercicio del poder haciendo de la política el juego del engaño, de la
gobernabilidad palanca de corrupción y de la justicia social una obra de
caridad para la publicidad y los discursos oficiales.
Su manejo
monopólico de los grandes medios, les ha permitido manipular la información,
erigirse en voceros de la llamada “opinión pública”, calumniar a sus
opositores, mantener desinformados a pobres y explotados sobre la verdadera
situación existente marginándolos así de la real solución de los problemas que
caracterizan nuestro de-venir político y social.
Los
repulsivos olores que aún emanan del publicitado PROCESO 8.000 -verdadero
tejido de las relaciones políticas del poder- son tan solo otra manifestación
más de las costumbres políticas que los jefes liberales y conservadores le han
impuesto al país. Así ha sido siempre, es su manejo normal y su forma de
gobernar, tan solo que en esta ocasión una pelea de comadres, la avaricia del
imperialismo gringo porque los dólares del narcotráfico regresen a su corral y
el interés electorero de los partidos políticos yanquis, destaparon buena parte
de esa olla podrida que es “la clase dirigente de nuestro país”.
Todos sus
componentes del poder ejecutivo, directivas de partidos políticos, comisiones
éticas, parlamento, jueces, notarios, procurador, contralor, gobernadores,
alcaldes, generales, coroneles, servicios de inteligencia, banqueros,
periódicos, magistrados del Consejo Nacional Electoral e integrantes del
notablato nacional quedaron desnudos ante la opinión del país.
Se sabe que
la inmoralidad ha sido su norma, el cinismo su ética y el bolsillo propio su
objetivo fundamental. El saqueo de la Caja Agraria, el robo a través de DRAGACOL
y de FONCOLPUERTOS desenmascaran la gestión de la clase política al frente de
la administración pública.
Continúan
regalando a las transnacionales el patrimonio colectivo de todos los
colombianos, privatizando las empresas que les fueron entregadas para su
administración y que terminaron vendiendo en un mercado saturado de sobornos y
de inmoralidad.
Han tenido
la desvergüenza de convivir y enriquecerse del narcotráfico durante largos años
estimulando la invasión de los narcodineros en todos los resquicios de la
sociedad colombiana, aunque, ante tamañas evidencias, inventen distancias con
él, señalando a otros como responsables de tan impúdica corrupción.
VALORES PATRIOS: INSEPULTOS
Con su
política Neo Liberal del sálvese quien pueda, no solo incrementaron la
explotación sobre los trabajadores del campo y la ciudad y sobre los sectores
medios de la población, sino que también fracturaron los valores más
importantes y caros de los colombianos: nuestro sentimiento de nación
independiente, la honestidad, la solidaridad, la dignidad, la vida, la
sensibilidad social, el respeto por sus semejantes, la unidad familiar, el
orgullo por las tradiciones populares y el valor por la palabra empeñada.
Su promesa
de redistribución del ingreso ha tomado forma única en el soborno y la mordida.
Pretenden
resumir todos nuestros valores en su sublime principio: todo hombre tiene su
precio convirtiendo al sapo en insignia nacional, otorgando empleos, contratos
y dineros a cambio de votos, entregando recursos oficiales a los necesitados
pero aplastando sus principios, transformando al dólar en el supremo dios de
los colombianos ante el cual todos debemos someter nuestra moral, ilusiones y
conducta.
Hicieron de
la indignante y desvergonzada entrega de nuestra soberanía nacional y del
arrodillamiento frente a los Estados Unidos, la forma natural de existencia del
país.
Colombia
necesita volver a levantar con fuerza las bande-ras de su soberanía y defensa
de su territorio. Nuestro derecho a ser respetados como nación independiente, a
exigir absoluta libertad en la solución de nuestras diferencias internas, a
desarrollar estrategias tecnológicas que nos liberen de la dependencia, a
independizar nuestro comercio internacional, a reivindicar nuestros valores
culturales e idiosincrasia y al pleno respeto de nuestros recursos naturales.
Avanzar en
la lucha por la unidad de los pueblos latinoamericanos, en el espíritu
bolivariano, contra sus enemigos comunes.
Debemos
asimilar los avances tecnológicos de la sociedad moderna para asegurar el
desarrollo nacional, pero sobre políticas muy definidas que impidan los
atropellos y garanticen un futuro de prosperidad cierto, pero nuestro.
Utilizar las
nuevas e ingentes riquezas petroleras no en la guerra ni en los odios, si no en
el campo, en la industria, en la educación como deber del Estado, en políticas
de vivienda, de salud y equilibrio ecológico que beneficien al pueblo.
En agua
potable para todos. En el progreso de las comunidades indígenas con respeto de
su autonomía, en la integración de las comunidades negras hoy sumidas en la
desesperanza. En el deporte, para que masivamente la juventud sea apoyada y
estimulada en su desarrollo físico y mental como compromiso de gobierno. En la
investigación científica que nos contribuya al progreso y a la independencia.
UN RÉGIMEN POLÍTICO PARA LA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA
Debemos
construir un nuevo Régimen, sostenido en la tolerancia y el respeto por la
opinión ajena, que garantice la verdadera redistribución del ingreso, la ética
en el manejo de la cosa pública, la soberanía nacional, la justicia social y la
solución pacífica de las diferencias.
Desterrar
del ejercicio de gobierno a todos aquellos comprometidos en tanto terror y tan
grandes injusticias. Cómo pensar que los Gavirias, los López
Michelsen, los Samper, los Pastranas, los Santos, los Bedoyas Pizarros, los
Serrano Cadena, los Víctor Carranza, los Sabas Pretel, los Santodomingos, los
Ardilas Lules, los Sarmiento Angulos y tantos otros ricos, con tan abulta-das
cuentas en los bancos nacionales y extranjeros, con tan millonarios ingresos
mensuales, van a defender los intereses de las mayorías empobrecidas del
país? No, no lo hacen, simplemente porque no lo necesitan. Ellos
defienden sus intereses y los de sus amigos ricos.
¡EL PUEBLO NO PUEDE CONTINUAR DISPERSO!
A todo esto
hay que colocarle un punto final. Estamos in-vitando al país que anhela una
sociedad deliberante pero respetuosa del criterio ajeno, en progreso pero justa
y amable, a que construyamos un nuevo movimiento político comprometido con los
intereses mayoritarios de los colombianos, extraño a la intolerancia y al
engaño, para llamar a cuentas a tanto sinvergüenza, a tanto ladrón, a tanto
vendepatria e instaurar un gobierno de dignidad que reconstruya
democráticamente la nación.
Y porque
aquí en Colombia, entre todos los gobiernos acabaron la oposición legal a los
tiros con la guerra sucia, las desapariciones y el terror, el nuevo movimiento
debe ser estructurado para trabajar en la clandestinidad. Que lleve aliento,
organización y razonamientos a los diferentes sectores que forman nuestra
nacionalidad y que proteja con el secreto de su pertenencia a todos quienes lo
integren, hasta cuando seamos millones y podamos con la fuerza de la razón y de
la lucha desterrar para siempre el terror del Estado, la corrupción y la
injusticia.
¡ENTRE TODOS DEBEMOS HACER ALGO POR TODOS!
Porque en
Colombia las mayorías aún nos indignamos ante las injusticias y tenemos la
decisión de no permanecer indiferentes, invitamos a los inconformes; a los
trabaja-dores que forjan el progreso económico y social, víctimas de los bajos
salarios, los atropellos y la explotación; a los campesinos, eternos olvidados
con cuya sangre se han re-gado todos los surcos y bosques de nuestra nación; a
los desempleados y a los trabajadores de la llamada economía informal; a los
estudiantes; a los nuevos profesionales y técnicos que ingresan en el incierto
mercado del trabajo; a las mujeres, verdadero ejemplo y aliento en la lucha de
los pueblos por la convivencia y la igualdad; a los intelectuales y artistas
pues su creatividad y altiva presencia debe volver a ser luz en las jornadas
populares; a los periodistas independientes; a los militares patriotas cansados
de ser verdugos de sus propios hermanos; a los desplazados por la violencia
latifundista, militar y para-militar que llenan los tugurios de las ciudades o
andan errantes; a los habitantes de los barrios marginales y de las comunas; a
los sacerdotes sensibles ante la cruel arrogancia de los poderosos; a los
creyentes de todas las religiones porque la libertad de cultos es premisa del
respeto por el prójimo; a los indígenas de todas las comunidades pues solo un
gobierno de mayorías será garante de sus culturas, de sus milenarias tierras y
de su organización; a los negros para alcanzar plenos e iguales derechos; a los
luchadores por el respeto a los Derechos Humanos, defensores de Presos
Políticos y familiares de desaparecidos; e invitamos especialmente a la
juventud, convocamos su histórica rebeldía contra la injusticia, su generosidad
con los débiles, su irreverencia creadora porque solo con audacia e imaginación
colectiva seremos capaces de abrir los nuevos caminos de la Patria Amable en la
que queremos vivir y dejar como herencia a nuestros hijos.
A todos los
invitamos a organizar esta nueva herramienta de lucha que llamaremos MOVIMIENTO
BOLIVARIANO POR LA NUEVA COLOMBIA para cimentar futuro sobre nuestros
históricos valores patrios, para juntar esfuerzos y esperanzas y concluir lo
que el Libertador Simón Bolívar empezó y está por terminar: la integración
latinoamericana, la independencia nacional y la justicia social.
Las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo colocan al servicio de
esta tarea sus armas y combatientes, su influencia, su esfuerzo, experiencia y
compromiso irreductible con las luchas populares, para crear una opción
política distinta a los partidos tradicionales, capaz de contribuir con
eficacia en la conducción del país hacia destinos de igualdad y de soberanía
nacional!
¡VIVA LA
NUEVA COLOMBIA!
PLENO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP
“Con Bolívar, por la paz y la soberanía nacional”
Montañas de Colombia, Marzo 25 del año 2000
PLENO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP
“Con Bolívar, por la paz y la soberanía nacional”
Montañas de Colombia, Marzo 25 del año 2000
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