Reflexiones sobre la Agenda de La Habana III
Pueblo Colombiano: ¡Pa' la mesa!Delegación de paz de las FARC-EP
Octubre 31 de 2012
La Habana,
República de Cuba.
Sede de los
diálogos por la paz con justicia social
para Colombia.
Comunicado:
Se nos ha indagado de manera reiterada sobre si las FARC-EP han pretendido sentar una agenda paralela a la firmada en la Habana para iniciar el proceso de diálogos por la paz de Colombia. Hemos respondido que no, y si algo lo muestra es el contexto mismso del discurso de instalación de Oslo. No obstante, de manera precisa nuevamente decimos que el Acuerdo, puesto en conocimiento del público formalmente a partir del anuncio de la primera semana de septiembre, tiene un contenido que se puede reafirmar indicando los siguientes aspectos generales, sobre los cuales nos iremos pronunciando cada semana tratando de responder con precisión a las inquietudes que se nos plantee:
Se nos ha indagado de manera reiterada sobre si las FARC-EP han pretendido sentar una agenda paralela a la firmada en la Habana para iniciar el proceso de diálogos por la paz de Colombia. Hemos respondido que no, y si algo lo muestra es el contexto mismso del discurso de instalación de Oslo. No obstante, de manera precisa nuevamente decimos que el Acuerdo, puesto en conocimiento del público formalmente a partir del anuncio de la primera semana de septiembre, tiene un contenido que se puede reafirmar indicando los siguientes aspectos generales, sobre los cuales nos iremos pronunciando cada semana tratando de responder con precisión a las inquietudes que se nos plantee:
1. El diálogo parte de un Acuerdo
General que tiene el propósito de terminar el conflicto, un conflicto que es
armado, político y social, a fin de construir la paz estable y duradera, que no
puede ser otra cosa que la paz con justicia social.
2. Terminar el conflicto
implica, de fondo, acabar con las causas que lo generaron y son razón de su
permanencia en el tiempo. Es apenas obvio que en este esquema sencillo las
bases para la construcción del edificio no son otras que la solución de los
problemas que han generado la confrontación. Sin bases no puede haber edificio.
3. Cuando se plantea que “poner
fin al conflicto” es “condición esencial para la construcción de la paz estable
y duradera”, las FARC entienden que acabar con sus causas se erige en una
necesidad insoslayable para alcanzar la paz con justicia social. Este, es un
compromiso mutuo de las partes firmantes del Acuerdo General, pero tomando en
consideración que el diálogo que de él se desprende debe tener la participación
protagónica del pueblo. Esto se reconfirma en la idea plasmada en el Acuerdo
General, consistente en que se parte del reconocimiento de que “la construcción
de la paz es asunto de la sociedad en su conjunto que requiere de la
participación de todos, sin distinción”.
4. Cualquier punto que se aborde
del Acuerdo, implica un desarrollo en el que se incluya considerar “el respeto
de los derechos humanos en todos los confines del territorio nacional”, “el
desarrollo económico con justicia social y en armonía con el medio ambiente”,
“el desarrollo social con equidad y bienestar, incluyendo las grandes
mayorías”, “ampliar la democracia como condición para lograr bases sólidas de
la paz”, contando con el acompañamiento de la región y de la comunidad
internacional.
5. En procura de estos aspectos
que se incluyen en el Acuerdo General, desde su preámbulo hasta su culminación
se desarrollarán conversaciones directas e ininterrumpidas hasta alcanzar un
Acuerdo Final para la terminación del conflicto; es decir, de sus causas
de fondo, para que se haga efectiva la construcción de la paz estable y
duradera, que como hemos insistido desde las primeras aproximaciones con el
gobierno, es una paz con justicia social.
6. Existe el deseo de que el
diálogo se desenvuelva de manera efectiva, expedita, y en el menor tiempo
posible y que su duración estará sujeta a evaluaciones periódicas de los
avances. En cuanto expedito, la idea es que el diálogo esté libre de estorbos
durante su desenvolvimiento. No debería colocarse como estorbo, por ejemplo, eso
de hacer pender amenazas sobre el proceso, pues su inicio y permanencia no se
deben ver como si se tratara de una consesión ni como expresión de debilidad de
alguna de las partes. Parafraseando a Cervantes, cuando lo perros ladran,
efectivamente es ello señal de que se cabalga, pero poco aportan los ladridos
feroces que salen del ministerio de la Defensa, en la sostenibilidad de este
fundamento.
7. Sobre la agenda. Se pactó
hablar sobre 6 puntos: el primero, política de desarrollo agrario integral, acceso
y uso de la tierra; el segundo, participación política; el tercero, fin del
conflicto; el cuarto, solución al problema de las drogas ilícitas; el quinto,
víctimas y el sexto, implementación, verificación y refrendación.
8. El proceso ha tenido diferentes
momentos, pero es un mismo conjunto que no se puede someter a esquemas
tecnocráticos que lo descuarticen en etapas o fases simplistas que den la idea
equívoca que de lo que se trata es de un itinerario breve de la capitulación
insurgente a partir de promesas insusbstanciales del gobierno en cuanto a que
el régimen terrorista que impera comenzará a cambiar como por arte de magia al
instante en que se coloque los fusiles en el cuarto de San Alejo. Los seis
puntos de la agenda, aún enumerados como aspectos, son un todo indisoluble cuyo
desarrollo implica una interpretación crítica y
completa del texto firmado por las partes, que se deberá completar con los
aportes fundamentales que manen de la participación popular. En fin, ver el texto objetivamente, examinarlo en su
contexto general histórico y cultural, en el plano de los anhelos del
constituyente primario que es el pueblo, es la clave para el entendimiento.
Fraternalmente,
Delegación
de Paz
Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia,
Ejército del Pueblo [FARC-EP]
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